Este fin de semana no podré publicar la reflexión sobre el evangelio del domingo (Lucas 13, 1-9).
Les comparto entonces mi último poema, que terminé justo ayer, día mundial de la poesía.
Perfecto
este dolor
tan
redondo y gentil
que
se vuelve hasta cortés.
Esta
luz humilde
llena
las estrellas y los corazones.
No
deja de sonreír.
Se
rompen los moldes
sigilosos
y fríos
que
corrompían la primavera.
Amo
esta Paz que relincha,
nodriza
consumada y atenta
que
nutre el temeroso paso del amanecer.
Quiebra
el Silencio la estupidez,
vórtice
humano, ineptitud.
Resucitan,
silenciosos, los colores.
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