Mostrando las entradas con la etiqueta búsqueda. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta búsqueda. Mostrar todas las entradas

martes, 6 de octubre de 2015

Templo de fuego

"¿No es hora acaso de convertir tu corazón en un templo de fuego?"

Rumi




¿Cómo se convierte un corazón en un templo de fuego?
O, dicho de otra manera, ¿cómo nos convertimos en amor ardiente?
En realidad, lo que nos puede parecer una hazaña para pocos elegidos, es lo que somos. 
Somos amor y somos fuego; porque somos puro don, vida divina en un viaje humano.
Descubrirlo y vivirse desde ahí tiene que ser nuestro incesante esfuerzo y nuestra búsqueda. Una búsqueda ya acabada al comenzarla pero igualmente necesaria.

No se convierte un corazón en templo de fuego a través de las prácticas de las virtudes o de esfuerzos morales: esto sólo nos conduce a una tensión continua, al fracaso y la decepción y, en caso de lograr algo, a un terrible orgullo.
Porque todo esto nos distrae de lo único esencial y lo único existente: la gratuitad. 
Descubierta nuestra identidad de fuego nuestra vida exterior y concreta se amoldará con fluidez - a veces con esfuerzo y dolor también - a lo que somos.
Templo de fuego no significa hacer cosas grandes y extraordinarias. Un templo de fuego no las necesita.
Es más simple (y más peligroso) hacer milagros que barrer el patio con todo tu ser.
Por eso convertir el corazón en un templo de fuego es salir de la mediocridad: como dice la palabra, salir de "vivir las cosas a medias" para vivir cada cosa con totalidad.
Templo de fuego es vivir cada instante, por insignificante que parezca, con totalidad y desapego: estar completamente en lo que se está haciendo y el instante después dejarlo ir.

¿No es hora acaso?
Templo de fuego es vivir aquí y ahora.
Ahora mismo, tu que lees, eres templo de fuego.
No pierdas tiempo; el tiempo es ilusión.
Ahora es el momento, porque solo el Ahora Es.
El Ahora es Templo de fuego: metete en él.
Abre tus ojos, date cuenta, agradeces y vives a partir de Eso.


viernes, 18 de septiembre de 2015

NyP: Nostalgia y Plenitud



Salgo a caminar aprovechando la hermosa tarde. Me gusta caminar sereno: aquieta mi ser y puedo agradecer más hondamente.
La calidez del último sol invernal abriga con ternura y me recuerda la Presencia discreta y serena del Amor.
Melodías musicales fantásticas me acompañan. Se despierta en mí la profunda nostalgia del Ser. Todo es perfectamente claro.
Se detiene la mente y todo es perfecto: todo está donde tiene que estar y todo es como tiene que ser.
Veo gente pasar. Gente trabajando, conversando. Un papá juega con su niña pequeña. Puedo leer en su corazón: cuanta vida disfrutada y cuanto correr inútil y cuanto dolor, a menudo también inútil. Me queda perfectamente claro los que son nuestras prisas, nuestro afán, nuestra preocupaciones, nuestras peleas e incomprensiones: ilusiones. Simples e dolorosas ilusiones.
Comprendo que solo hay una realidad: la belleza infinita del Amor.
Siento la nostalgia de este Amor, que también percibo como la raíz única de mi ser y de todo lo que es.
No hay nada que buscar. Todo está bien y todo estará bien: tengo la certeza. Lo pude ver.
Nada que buscar. Nada que salvar.
Al revés: somos nosotros los eternamente buscados.
Nosotros los eternamente encontrados. 
Detente: en tu búsqueda el Amor te busca. Y te encuentra.

En mi plenitud nostalgica me fijo en un pájaro nunca visto (era un churrinche: nombre científico Pyrocephalus rubinus). Nunca vi pájaro tan bello: cuello y pecho fantasticamente rojos. Me acerco y él se queda. Revolotea cada tanto y vuelve: estoy seguro para que lo pudiera contemplar. Cruzamos miradas y nos entendimos.

Cuando has visto al Amor desplegandose silenciosamente te das cuenta de cuan torpes son nuestros intentos de atraparlo moralmente o con nuestros esfuerzos: torpes y a veces necesarios intentos. 

Cuando has visto al Amor, lo has visto. Y no queda nada: solo un bellísimo silencio. 
Qué hermoso poder resumir una vida en 5 palabras: Solo Creo En El Amor.

Etiquetas