miércoles, 27 de abril de 2016

Astrolabio

"El amor es el astrolabio de los misterios divinos"

Rumi




El astrolabio es un instrumento antiguo que se usaba para orientarse en la navegación. Literalmente significa "buscador de estrellas". El astrolabio permite determinar la posición y la altura de las estrellas y por ende la hora y la latitud. 
Nuestro amigo ya conocido y compañero de viaje, el místico persa Rumi, se sirve de esta imagen para ubicarnos en el camino espiritual y en nuestro viaje humano. 

Lo que Rumi llama "misterios divinos", lo podemos llamar en nuestro lenguaje más moderno y cristiano, "experiencia de Dios". Lo sabemos bien y siempre lo reiteramos en nuestro blog: lo que transforma y da sentido a la vida es la experiencia, es tocar con mano la realidad. En una imagen: lo que nutre no es una receta escrita, sino el comer.

Entonces la clave es preguntarse: ¿cómo tener experiencia? ¿cómo tocar con mano? ¿cómo nutrirnos?
Rumi nos dice: hay un astrolabio. Hay una herramienta que te conduce en esta búsqueda: el amor. 
Es la única receta, no hay otra. Entregate al amor, busca al amor, vives del amor, respira el amor, aprende el amor. Solo el amor te introduce en los misterios divinos, en la experiencia de Dios.

A menudo no sabemos lo que significa amar y no sabemos amar. No importa. Simplemente no pierdas tu astrolabio. Vuelve y vuelve. Con autenticidad, con sinceridad, con radicalidad. El astrolabio te llevará. No falla. ¡Buen camino!








domingo, 24 de abril de 2016

Juan 13, 31-33a.34-35




El evangelio de hoy nos habla de la glorificación de Jesús y del mandamiento nuevo, el único mandamiento de Jesús: el amor.
También el tema de la gloria de Dios y de la glorificación de Jesús van en el mismo sentido: la gloria de Dios es su amor hecho visible, hecho historia, hecho vida. La glorificación de Jesús - su muerte y resurrección - es justamente la máxima manifestación del Amor. "Dar gloria a Dios" entonces no es cuestión de culto sino es dar visibilidad al amor. 

Todo se centra en el amor. El mensaje de Jesús, su vida, su muerte, su resurreción. El evangelio de Juan lo reitera y lo anuncia con fuerza y con pasión. Juan es el evangelista del amor. 

¿Nos perdimos algo los cristianos? ¿Se perdió un poco la iglesia?

Todas las instituciones, por más santas y sagradas que son o se crean, con el paso del tiempo van perdiendo el eje y la razón por las cuales nacieron. La vocación primera pierde su pureza.

Hay que recuperarla, una y otra vez.
Todo lo que la iglesia anuncia y vive, todas sus reglas y sus ritos tiene un solo y único fin: hacernos descubrir el Amor y vivir desde este Amor.
Toda la vida del cristiano y de la comunidad cristiana gira alrededor de eso. Todo lo demás es accessorio y cobra su sentido y valor solo a partir del amor. 

El amor es la única señal que distingue a los cristianos: "la señal por la que conocerán que son mis discípulos será que se amen los unos a los otros" (Jn 13, 35).

El único mandamiento: el amor.

¿Por qué nos cuesta tanto comprenderlo y vivirlo?

En primer lugar por nuestras heridas emocionales no asumidas y sanadas. Es el proceso humano inevitable que a nadie en este mundo es ahorrado. Todos los grandes santos tuvieron que hacer este proceso de sanación...¿y nosotros que? Mira a la cara tus heridas y tu dolor y deja que el amor sane.

En segundo lugar porque estamos dominados por nuestro ego, con sus deseos y sus necesidades ocultas y menos ocultas. Toda la vida gira alrededor del "yo": si no salimos de esta trampa el aprendizaje del amor se hace cuesta arriba.

Pero hay una razón más radical: porque creemos que el amor es una conquista y un esfuerzo.
En realidad el amor es lo que somos. Somos amor. 
Descubrir eso, tocarlo con mano propia, verlo con la luz interior es la clave de la transformación y de la paz.
Cuando nos experimentamos como amor lo único que podemos hacer es amar: vivir lo que somos. Claramente a partir de nuestra existencia limitada y por ende con nuestros defectos y limites.
Pero ya la vida no será la misma.

Termino citando unas lindas palabras de José María Castillo:
"El amor no es solamente, y por supuesto, una atracción corporal. Como tampoco es solamente una idealización poética o utópica. El amor es una fuerza. Es la fuerza que verdaderamente mueve al mundo. Porque entraña una energía que se contagia, que moviliza al ser humano entero y que le da una capacidad de aguante, de resistencia, de búsqueda, de libertad y de audacia que aún no podemos ni imaginar. Por eso Jesús fue tan genial. Y en esto radica la genialidad de quienes siguen a Jesús. Esto es la fuerza del Evangelio".

Porque tu eres Amor.





sábado, 23 de abril de 2016

Acción sana

"Toda acción sana en nuestras vidas debe fluir de nuestra unicidad con el ser."


John Main





¿Qué es una "acción sana"?
Es importante preguntarselo. En nuestra vida diaria cumplimos miles de acciones, de las más sencillas y cotiadianas a las que nos parecen más importantes... veremos que no hay una acción más importante que otra.
Muchas veces nuestras acciones, más que acciones, son re-acciones: reaccionamos instintivamente y repetitivamente a los estimulos exteriores. 
La reacción surge esencialmente de nuestra esclavitud a pensamientos y sentimientos. Reaccionamos a partir de lo que pensamos, sentimos y de lo que ya sabemos. La mente es repetitiva.

Nos hace falta lucidez. Nos hace falta crecer en conciencia.
Nuestra identidad, nuestro verdadero ser, se encuentra más allá de pensamientos, sentimientos y emociones. Nuestra identidad radica en el Ser o, que es lo mismo, en la Unidad, en lo Uno. 
La "acción sana" es la acción que surge desde más allá del pensamiento y los sentimientos. No se trata de rechazar o luchar en contra de nuestros pensamientos y sentimientos; se trata de trascenderlos: ir más allá. Descubrir Ese algo más que somos y que nos define. Desde la "unicidad con el ser" - como la llama el monje benedictino John Main - asumimos plenamente pensamiento, sentimientos y emociones y los trascendemos.  

La acción sana es la acción lucida, libre de egoísmo, la acción que surge casi sola, como respuesta a la situación del momento. 
La acción sana va a pescar en el lugar donde todos somos uno, donde brota todo lo que vive y existe. Por eso es la acción ajustada y creadora. Es la acción que pasa a través de nosotros, que nos atraviesa. Somos simples canales por donde la acción sana y pura pasa y asume nuestra unicidad.
Como la luz blanca que a través del prisma asume matices de colores. Somos a la vez Esa luz y ese prisma: más somos conscientes de la luz más seremos prisma y la luz pasará en toda su belleza y creará la acción sana. 

Desde ese lugar, desde esta "unicidad del ser" donde brota la acción sana, nos damos cuenta que no hay una acción más importante que otra. Toda acción es la respuesta correcta y única al momento presente. Toda acción es perfecta y completa en si misma: eso quiere expresar la imagen del circulo, típica en el zen.

Una acción así es fuente de paz y alegría, para nosotros y nuestro entorno. 

miércoles, 20 de abril de 2016

El mundo pasa por mis venas (¡200 flautas!)





"Sentado, observo.
El mundo pasa por mis venas.
Alegre mundo.
No pasará la muerte sobre este instante.
Diré infinitas veces
que la tierra mojada huele a Dios.
El dolor del mundo
como un relámpago sorprende.
No me dejaré cegar.
Sostengo la luz y la regalo.
No hay más muertos en el sepulcro.
No hay nadie que no viva.
Astromelias y naranjas mis testigos.

Inmortal belleza donde el mundo se consuma."




Desde la experiencia de la unidad se percibe el mundo de otra manera. Casi se siente el universo correr por nuestras venas y la alegría de la vida en movimiento nos invade. Al entrar con plena conciencia en el momento presente y al hacer del presente el eje de nuestras vidas podemos acariciar lo eterno: ya no hay muerte y todo huele a Dios. El dolor entonces no nos ciega, no nos quita la alegría de vivir, no nos deja sin una profunza paz. Nos damos cuenta de la luz que todo ilumina y regalamos esa luz a manos llenas. Esa misma luz ilumina y transforma el misterio de la muerte: esa luz ilumina los sepulcros de la tierra y descubrimos que están vacíos. Siempre estuvieron vacío. Solo Esa luz nos hacer descubrir que todo vive. Encontramos testigos de esa luz y vida inmortal en cada realidad que nos rodea en el presente y cada cosa nos atrae con su voz, según el momento y la sensibilidad personal. Todo es belleza al fin y en esa belleza en mundo se expresa, vive y se consuma.

(Hoy es el compartir número 200 en el "Agujero en la flauta". Gracias por caminar juntos)

martes, 19 de abril de 2016

¿Qué aprendemos de Dolores?




El desastre causado por el tornado en la ciudad de Dolores sacudió a todo el país, así como las intensas lluvias e inundaciones.
Sería bueno no dejar pasar en vano todo esto y preguntarse sobre su significado profundo. ¿Qué podemos aprender?
Todo lo que pasa y nos pasa en la vida es una enseñanza para llevarnos a descubrir nuestra autentica identidad y vivirnos desde ella. La vida es la mejor maestra y lo que nos presenta es su lección.

Ponernos en esta actitud de aprendizaje ya nos sitúa en la paz.

En sintesis me parece que podamos aprender tres cosas:

1) La relación entre sufrimiento y amor. Casi siempre lo que mueve el amor es el dolor. El amor es la fuerza que intenta llenar los vacíos. El amor en su expresión más autentica es la compasión que se hace uno con el sufrimiento del otro. Situaciones tan dolorosas como lo acontecido en Dolores y otros lugares del país nos despertaron al amor. Es conmovedor ver la movida solidaria, una solidaridad que vino de todos lados, más allá de las diferencias. En el dolor somos todos iguales. Tal vez nos podemos preguntar: ¿Es necesario esperar tales acontecimientos para que nuestro amor se despierte? ¿Es necesario tanto dolor y tantas dificultades para que la sociedad salga de su superficialidad imperante y su egoísmo? ¿Es necesario el dolor de tantas personas para darnos cuentas que somos hermanos? Si ocurrió tal vez si, ha sido necesario... pero sería conveniente aprender y que nuestro amor se despierte antes.

2) Todo pasa. En pocos minutos podemos perder todo. ¿Qué sentido tiene angustiarnos por aferrarnos a realidades que pasan? ¿Qué sentido tiene sufrir por todo lo que no es permanente? Somos simples administradores: de nuestra vida antes que nada y de las demás personas y cosas en segundo lugar. Dolores nos enseña el desapego. El desapego afectivo y efectivo de cosas y personas nos sitúa en el lugar de la libertad, de la paz, del amor. 

3) ¿Dónde está Dios en todo esto? Pregunta clave que no podemos eludir. Desde nuestra fe cristiana seguramente podemos afirmar: está. La Presencia de Dios es siempre plena. Tal vez no logramos verlo: otro asunto. Es el Misterio de la cruz de Jesús: Dios se estaba revelando plenamente en la entrega de amor de Jesús. Pocos supieron verlo. Dios está y se está revelando en estos dolorosos acontecimientos: se revela en todo, en cada rostro sufriente y en cada mano solidaria. Se revela en la tormenta y en la calma, se revela en la esperanza y en la vida que brota otra vez y que continúa. ¿Sabemos verlo y descubrirlo?





domingo, 17 de abril de 2016

Juan 10, 27-30



El cuarto domingo de Pascua es llamado "Domingo del Buen Pastor" y la iglesia reza de una manera especial para las vocaciones. La liturgia nos propone justamente una parte del capítulo 10 de San Juan, casi todo dedicado al tema del buen pastor.  
El texto de hoy, muy cortito, tiene sugerencias muy lindas para nuestro caminar.

"escuchar la voz": aprender a escuchar es fundamental. Se aprende a escuchar a Dios escuchandose a uno mismo. Es el camino de la interioridad y del silencio. Sin una profunda escucha no hay vida espiritual. 

"yo las conozco": el tema del conocer está estrechamente unido al de la escucha y del amor. No hay amor sin conocimiento: lo olvidamos a menudo. No podemos amar a un Dios que no conocemos o intentamos conocer, como no podemos amar plenamente a una persona sin conocerla. Paralelamente cuanto más conocemos y comprendemos una persona más podemos amarla. 
Una certeza maravillosa y alentadora: Dios nos conoce en lo más íntimo, mucho más de lo que nos conocemos a nosotros mismos. 

"nadie las arrebatará de mi mano": una hermosa imagen. Una imagen muy concreta y sugerente de la ternura del Amor. Dios nos tiene agarrados de la mano. No hay manera de soltarse. Tranquilos entonces. Dejemonos conducir por esta mano tierna y fuerte a la vez.

Quiero terminar con una oración que me gusta mucho y siempre me acompaña:




Oh Dios, ningún hombre te ha visto jamás.
Tú eres único, pues superas toda misericordia.
Te doy gracias con todo mi corazón,
porque no me has retirado tu mirada
cuando yo me iba hundiendo en la oscuridad.
Tú me has agarrado con tu mano divina.

Simeón el Nuevo Teólogo (949-1022)

miércoles, 13 de abril de 2016

Demasiadas preguntas

"Demasiadas preguntas espantan la verdad"

Laurence Freeman





Preguntar es importante, lo sabemos. Sin preguntar no crecemos y no aprendemos. 
Más difícil es hacer la pregunta justa al momento justo.
Más difícil aún es aprender a callar y escuchar.
"Demasiadas preguntas espantan la verdad" sugiere el monje benedictino Freeman.
Obviamente estamos hablando de la verdad existencial, la verdad de las cosas importantes de la vida, no de la verdad lógica, matemática o simple y llanamente intelectual.
Hablamos de la verdad de carne y hueso, la verdad de tu camino, la verdad que llena una vida. La verdad de tu sentir, de tu amar, de tu confianza. Es la verdad de una sonrisa, de una palabra, de un gesto. 

Ese es el tipo de verdad que Jesús vino a traer y revelarnos.
A esa verdad tan real no le gustan muchas preguntas. Es una verdad humilde y retraída, una verdad que se esconde de los escenarios de la vida. Es la verdad de la levadura en la masa: poca, escondida, fértil.
La verdad que transforma una vida, mi vida, tu vida está empastada de escucha y silencio. Si se la acosa con miles de preguntas nunca contestará y huirá.

Tiene la timidez de la primera noche de amor, del niño entre desconocidos, de la visita inesperada. 
Hay que sentarse a su lado con la paciencia del campesino.
Hay que escucharla como se escucha el sonido de una mansa lluvia de otoño.
Hay que tratarla con la delicadeza de la mariposa con su flor favorita.
Solo así la verdad se revelará y te llevará de la mano a descubrir sus tesoros.
No espantes la verdad con tus preguntas. Simplemente escucha el sonido de viento.



martes, 12 de abril de 2016

¿Sin amor?




“La obligación sin amor te hace malhumorado.
La responsabilidad sin amor te hace imprudente.
La justicia sin amor te hace duro.
La verdad sin amor te hace criticón.
La educación sin amor te hace contradictorio.
La inteligencia sin amor te hace astuto.
La amabilidad sin amor te hace hipócrita.
El orden sin amor te hace mezquino.
El conocimiento sin amor te hace obstinado.
El poder sin amor te hace violento.
La honra sin amor te hace arrogante.
La posesión sin amor te hace avaro.
La fe sin amor te hace fanático."


Lao-Tse



Lao-Tse vivió 500 años antes de Jesús. Es un filosofo chino y se le considera como el fundador del taoismo.
Sumamente interesante es destacar que ya 500 años antes de Jesús el buen Lao Tse ya había entendido todo...o casi.
Es un texto hermoso el de Lao Tse y nos recuerda el famoso himno al amor de San Pablo en la Primera carta a los corintios (1 Cor 13).

¿Que es lo que vio Lao Tse?
Vio la esencia de todo lo que existe, vio nuestra identidad más profunda.
Somos amor. La raíz de cada cosa es el amor. Solo el amor es real y solo el amor queda.
Lo descubrió Lao Tse. Lo anunció y lo vivió Jesús de Nazaret.
Lo testimoniaron multitides de seres humanos: cristianos, budistas, musulmanes, hinduistas, ateos.

Sabemos que es así. Todos lo saben. 
Nos cuesta experimentarlo y vivirlo. La humanidad queda atrapada por el miedo. Le tenemos todavía miedo al Amor. Porque le tenemos miedo a la muerte.
El Amor te desnuda, te despoja, te vacía y te llena.
No queremos morir a nuestro pequeño yo: no hay otro camino hacia el Amor. Le tenemos miedo a la plenitud y a la felicidad: ¡trágica paradoja!

¡Oh Amor! ¿Qué será de nosotros si Tu no nos quiebras?
Vuelve otra vez ¡Oh Amor! y entra sin temor.
Abres nuestros ojos, enciende el corazón de la humanidad.
Llevanos a tu casa, nuestra casa. La única casa. Donde siempre estuvimos y estamos. 
¡Oh Amor! Que nuestra frágil carne huela tu aroma. 
Que todo se aparte para que por fin seamos lo que ya somos: Tú, Oh Amor.







domingo, 10 de abril de 2016

Juan 21, 1-19

Los evangelios que la iglesia nos propone en la liturgia del tiempo pascual se centran en las apariciones de Jesús y desbordan vida y alegría.
Los estudiosos nos advierten que no hay que tomar los relatos de apariciones como relatos historicos
Esto no significa que no expresen una profunda realidad: la experiencia del Resucitado. Los discípulos tuvieron una profunda y transformadora experiencia del Cristo viviente. 
Esto es lo esencial. A esto hay que apuntar. Eso vivieron ellos y a eso estamos llamados nosotros hoy.
Muchos cristianos pierden energías y tiempo en devociones varias o en la búsqueda de signos extraordinarios de la Presencia del Resucitado.

Como dice maravillosamente el maestro hindú Mooji: Los buscadores siempre están diciendo: “Necesitas un Maestro que esté vivo.”Pero, en realidad, ¡el Maestro es el único que está Vivo!

El Cristo Viviente es lo único realmente vivo: en él vivimos y de él vivimos. Su vida desborda por todos los poros del Universo.
Entrar en esta Vida es lo único que importa. 

¿Cómo? Una de las actitudes fundamentales es la confianza.

El hermoso texto de hoy nos relata que Jesús invita a los pescadores fracasados a echar la red del lado derecho del barco.
Los pescadores confían y la abundancia los sorprende e inunda.
¿Y si Jesús hubiera dicho que echaran la red del lado izquierdo?
Igual hubieran sacado tan abundantemente.
Derecha e izquierda no importan. Lo que realiza el milagro de la abundancia es la confianza.
La abundancia siempre está. El Resucitado con su vida divina siempre está. Pero solo la confianza te lo hace ver y descubrir.

Lo mismo podemos decir del famoso diálogo entre Jesús y Pedro y sus tres preguntas: "¿Me amas Pedro?", "Si, te quiero". Pedro no comprende la abundancia del amor del Maestro y se queda en un nivel más superficial: "te quiero". La vida lo llevará a comprender y entregará su misma vida al Maestro.

Echas tus redes dondequiera. Pero confía. Confía en el Cristo. Confía en la Vida. Confía en tu Ser y Unidad con Dios.
Verás abunandancia por doquier y compartirás desde ya la mesa con Jesús.

sábado, 9 de abril de 2016

Ignorancia

"Tu nivel más alto de ignorancia es cuando rechazas algo de lo cual no sabes nada"


Wayne Dyer




Es algo que ocurre y nos ocurre con frecuencia: rechazamos lo que no conocemos o no queremos conocer. 
¿Por qué reaccionamos así?
Esencialmente por miedo. El miedo a perder el control, el miedo a lo inseguro. 
El ser humano se encuentra cómodo en lo que ya sabe y conoce: es la famosa "zona de confort". Salir de esa zona nos produce pánico e inseguridad.
Todo esto se puede dar en una infinidad de situaciones: en las relaciones interpersonales, en el camino espiritual, en el trabajo, en la familia y la sociedad.

La ignorancia en el fondo no es cuestión de no saber o no conocer: es cuestión de actitud. Sabemos de sobra que la autentica sabiduría no se relaciona directamente con el conocimiento intelectual o la cantidad de información almacenadas en el cerebro. Hay muchos ancianos que son más sabios de profesores universitarios.

La sabiduría pasa por una actitud interior de apertura y disponibilidad al aprendizaje. Pasa por dejarse enseñar por la vida.

Es paradojico que en general las personas que más estudios tienen son las más cerradas y las que más rechazan algo nuevo.
Es también una actitud muy presente en la iglesia y sus autoridades. La creencia de poseer la verdad y de "tener a Dios" de nuestro lado lleva a rechazar otras propuestas y experiencias. Muchas veces este rechazo es injustificado, justamente porque no se conoce lo que se rechaza.

Salir de la ignorancia es cuestión de apertura, de actitud, de humildad. Cuestión de darse cuenta que en el fondo nuestra capacidad racional de comprender el Misterio es mínima. El Misterio pasa siempre mucho más por escuchar la vida en profundidad.



jueves, 7 de abril de 2016

Ahora mismo

Tienes todo lo que necesitas para la paz completa y la plena felicidad ahora mismo

Wayne W. Dyer




En todas las tradiciones de sabiduría de la humanidad el momento presente es central: la plenitud está aquí y ahora.
Para experimentar paz y felicidad no hay que hacer que una cosa: plantarse en el presente. Estar total y conscientemente en el presente.
Nuestra mente todo eso no lo entiende y por eso es inútil buscar respuestas a nivel mental y racional. 
Es algo que se experimenta y no se explica.
Javier Melloni lo dice de esta manera: "Todas las tradiciones nos dicen que lo que realmente necesitamos está aquí y que lo que está aquí lo necesitamos".

¿Por qué la razón no lo entiende?
Porque la mente, cuando no es observada, está a servicio del ego. El ego es esta estructura psicologica humana encargada de la supervivencia y que vive de necesidades y deseos.
El ego siempre está necesitando algo y deseando algo. Es obvio que, si vivimos a partir de nuestro ego, nunca experimentaremos paz y plenitud en el aquí y ahora.

La clave está en comprender y experimentar que somos más que nuestro ego. Nuestra verdadera y autentica identidad radica en otro lado. 

¿Cómo comprenderlo y experimentarlo?
Una de las herramientas espirituales es, justamente, la vivencia del presente.
Viviendo el presente escapamos de la esclavitud del ego y de la mente.
Cuando con todo nuestro ser, nuestro amor y nuestra atención vivimos el momento presente nos damos cuenta, experimentamos, distintas dimensiones:

1) Experimentamos que el Presente es lo que somos. Somos Presencia. O, simplemente, somos. Somos la Presencia en la cual se desarrolla la vida. Somos el espacio donde todo ocurre. Dejamos de confundir el espacio con el contendido y de identificarnos con el contenido.

2) Salimos de la esclavitud del tiempo. Nos damos cuenta que pasado, presente y futuro son ilusiones. Solo existe el Presente. Solo el Presente es real.

3) Ya que solo el Presente es real todo se concentra en ese momento. El aquí y ahora es como un punto donde el Universo se concentra. Un proverbio zen lo expresa maravillosamente: "Nunca un copo de nieve cae en el lugar equivocado".
Concretamente: lo que estás viviendo en este momento, adentro y afuera, es perfecto. Perfecto en sí mismo y para tu crecimiento.



4) Experimentamos que la paz y la plenitud están aquí y ahora. Paz y felicidad son una cosa sola con el Presente. Paz y felicidad no son cosas que se logran: son estados del Ser. Paz, felicidad y Presente coinciden armoniosamente.

Todo esto es un camino y el caminar se hace paso a paso. Siempre habrá que salir del condicionamiento del ego y volver al aquí y ahora. Esto, esencialmente, es el camino espiritual. Volver a resituarse en el presente cada vez que nos sorprendemos afuera...volver y volver...con alegría y serenidad.
Buen camino...







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