“Nada tiene sentido, excepto rendirse al amor. Hazlo”
Rumi
Como siempre
Rumi – con su capacidad brutal de síntesis – nos ilumina el camino.
En pocas
palabras, en una frase, todo es resumido.
La mente usa
muchas palabras y la complica. ¡Qué alivio salir de la esclavitud del
pensamiento!
“Rendirse” y “hazlo”: Rumi es maestro de la paradoja. Como todos los místicos.
Rendirse:
dejar de hacer. Pasividad.
Hazlo:
actividad.
La
experiencia del amor se da en una acción pasiva: rendirse al amor. Entregarse.
La única acción
verdaderamente importante es, en realidad, un rendirse, un no-hacer.
Es la
“no-acción” del zen que nos revela el secreto último de la realidad: la
gratuidad. La perfección del momento.
Rendirse al
amor es entonces vivir de la gratuidad del momento.
Rendirse al
amor es estar atento a la vida, a cada detalle.
Rendirse al
amor es anclarse a la quietud que somos.
Rendirse al
amor es salir momento a momento del pensamiento.
Rendirse al
amor es vivir desde lo Uno que todo abarca con ternura.
Rendirse al
amor es decir un “si” incondicional a la vida.
Rendirse al
amor es – en última instancia – dejar que la Vida nos viva.
Namasté. Amén.
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