“No se
puede llegar al alba
sino por el
sendero de la noche”
Khalil Gibran
El gran poeta libanés Gibran
(1883-1931) autor del famoso libro “El
Profeta” nos regala una de sus intuiciones:
“No se
puede llegar al alba
sino por el
sendero de la noche”
El sendero
de la noche tiene que ser recorrido
por cada ser
viviente.
La noche,
oscura y bendita, tiene sus secretos
que la luz
del día no conoce.
El sendero
de la noche es “tu sendero”:
único,
original y maravilloso.
Es el
sendero donde, de repente, te encuentras perdido
y los miedos
te acechan como fantasmas.
Es la noche
de tus cansancios,
la noche del
dolor: físico, emocional o moral.
Caminando
por el oscuro sendero
se puede
tropezar
y hasta se
oye un grito: ¿dónde está el Amor?
Silencio y
soledad acompañan el sendero.
Se camina,
parece sin rumbo,
mientras la
noche te construye.
El anhelo
del alba nos ilumina
y caminamos
en la luz que siempre fue.
Dichosa
alba,
que solo se
descubre
por el
sendero de la noche.
Dichosa
alba,
que desde el
revés de la historia
siempre
atrae y nutre a sus hijos.
Bendita la
noche y bendito el sendero
por donde el
alba se vislumbra y se encarna.
Y todo
despierta sereno
mientras la
belleza toma su forma y su color.
Despierta el
mundo y cada carne
y el
silencio se convierte en profecía,
gracias a la
noche.
Amar la
noche y amar el sendero,
desde el
alba que nos sostiene y engendra,
luz que
surge desde adentro
futuro aconteciendo
y regalado.
Noche y
alba, sendero y meta:
única cuerda
que la Vida sabe tocar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario