Más de 200 personas participaron de la Misa de Nochebuena y de la bendición e inauguración del Mosaico. Fue muy emotivo... y el corazón no tiene palabras para tanta belleza y tanto agradecimiento: Mosaico, Navidad, Comunidad. Tres realidades, una sola. Gracias a todos y cada uno. Somos comunidad, somos familia, somos Navidad.
Les comparto la explicación del Mosaico.
Mosaico
parroquial 2017 “Sagrada familia”
Un mosaico es una obra artística que
tiene mucha fuerza simbólica. El ser humano vive de símbolos y los símbolos
ayudan a comprender, crecer, vivir.
Nuestro mosaico fue una obra colectiva:
todos aportaron algo (cerámicas, trabajo, tiempo, ideas, cercanía, apoyo…).
Es un símbolo de la nueva humanidad:
trabajamos juntos sin distinciones de sexo, roles, edades. Hombres y mujeres,
niños, jóvenes, adultos, ancianos. Cada cual aportó su capacidad y
originalidad: ¡maravilloso!
El mosaico está formado por muchas
piecitas: cada piecita por sí sola no forma el mosaico y no tiene sentido. Cada
piecita asume su plenitud y significado en el conjunto. Así es la vida: asume
su significado en la totalidad. La parte tiene sentido como “parte del Todo”.
Nuestra pequeña existencia asume su plenitud en el proyecto universal e
integral de Dios.
La
imagen
El mosaico representa la familia de
María, José y Jesús.
Estamos invitados a mirar hacia arriba,
donde aparece una Gran Mano. La gran mano de Dios Padre, mano que engendra,
cuida, sostiene. No vemos el rostro: Dios permanece Misterio y un Misterio que
hay que respetar. Un Misterio que pide simplemente apertura y disponibilidad.
La gran mano – materna y paterna – de Dios regala el Espíritu: la llama. La
llama de fuego expresa el Espíritu de Dios que fecunda a María y fecunda toda la
realidad. El Espíritu de Dios es el Amor creador, Amor que continuamente nos
crea y nos sostiene.
Este Espíritu se posa delicadamente
sobre María de Nazaret. María recibe el Espíritu y engendra a Jesús. Cuando
estamos abiertos al Espíritu también nosotros engendramos a Cristo para la
humanidad.
María sostiene al niño, como nos
sostiene a nosotros con su amor materno y su ternura. El niño Jesús se agarra
al manto de la madre con la mano izquierda: todos necesitamos agarrarnos a un
amor fiel. En su mano derecha el niño sostiene un rollo: el rollo de la
Palabra. Jesucristo es la Palabra de Dios. Dios es un Dios silencioso y lo
único que dijo y dice es: Jesucristo. En Cristo tenemos todo.
María y Jesús nos miran: amar es
contemplar al otro sin juzgarlo. Una mirada limpia y transparente. José mira
hacia sus amores: María y José. Nos invita a hacer lo mismo: volver
continuamente nuestra mirada hacia María y Jesús.
Los tres personajes del mosaico tienen
ojos y orejas grandes (las orejas se notan poco) y boca chiquita: invitación al
silencio y a la escucha. La experiencia de Dios pasa por la receptividad
silenciosa y amorosa.
Los colores también nos iluminan. El
dorado simboliza la divinidad, así como el rojo. Rojo que vemos presente
especialmente en la llamita y en la cabeza del niño Jesús. El blanco expresa la
pureza de la disponibilidad al proyecto de Dios: lo vemos alrededor de los
rostros de María y José. El azul simboliza la humanidad: María y Jesús
plenamente humanos nos acompañan en nuestra aventura muy humana también. La
humanidad viene revestida por el rojo del Espíritu: humanidad y divinidad son
las dos dimensiones que conforman la realidad.
José sostiene un bastón con tres hojitas
verdes: Jesús es descendiente del rey David, de cuyo tronco brota un retoño
nuevo según la profecía de Isaías: “Saldrá una rama del tronco de Jesé y un
retoño brotará de sus raíces” (Is 11, 1). Jesús de Nazaret es este retoño
nuevo que brota del tronco de Israel. (Jesé es el padre del rey David).
Jesús de Nazaret se inserta en pleno en
la historia humana: es el Misterio de la encarnación.
El vestido ocre de José indica su
humildad, su vocación de servicio sin falsas apariencias. También puede indicar
su humilde trabajo de carpintero. El trabajo como vocación y como misión
dignifica al ser humano.
José tiene una capa verde: símbolo de
vida nueva y de la esperanza que el Mesías trae a la humanidad.
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