El Silencio es la casa de la luz.
Surge la luz del profundo silencio y
regresa a su silencioso hogar.
La luz habita el Silencio.
Si nuestro amado y bello mundo no ve la
luz es porque se ha perdido y no está en casa. Está afuera, disperso e
inquieto.
Está afuera buscando la luz que reposa
en la casa.
Solo el profundo y eterno Silencio
engendra luz.
Es su casa y su hogar: el lugar donde la
luz descansa y, como por milagro, expande su brillo. Vive del Silencio la luz.
El Silencio es lo único siempre estable
e indestructible.
Siempre entero y siempre presente.
Es el Amigo fiel.
Basta un instante de pura conciencia
para conectar con Él.
El Silencio es también nuestra casa,
donde convivimos con la luz.
Es la casa segura y sólida donde lo Uno
respira:
casa, luz, Dios y mundo.
Todo une el Silencio en su eterno y cálido
abrazo.
El Silencio es nuestro escudo y
armadura.
Es invencible el Silencio y en Él mora
la paz.
Silencio y Paz van de la mano, cual
pareja inseparable.
Es tu raíz y tu vida el Silencio, no lo
descuides.
No lo abandones y entrégate.
Todo pasa, el Silencio queda,
como expresión más auténtica del Amor.
Respira el Silencio y déjate respirar.
Escúchalo y amalo.
El Silencio siempre te dice la verdad,
sobre ti mismo y sobre el mundo.
Por doquier la luz brilla surgiendo del
Silencio:
si estás abierto y atento te darás
cuenta.
Por doquier el Silencio nos regala la
paz,
nos ofrece abrigo y consuelo.
Nos regala el ser el Silencio y nos
invita a la mesa.
Mesa compartida con la humanidad:
pan y sonrisas para todos.
El Silencio es nuestra verdadera esencia
que está más allá del callar y del hablar, más allá de cualquier palabra,
sonido, imagen.
Siempre más allá… esperando y recibiendo
todo y todos.
El Silencio profundo es nuestro refugio.
Tomemos refugio en el Silencio.
Tomemos refugio cuando el pensar y el
sentir nos acechan y persiguen.
El Silencio nos custodia, nos sostiene,
nos aquieta.
Es nuestro hogar y nuestra casa el
Silencio.
Ahí somos luz y cohabitamos con la luz.
Entremos, pues, en esta casa.
Entremos y dejemos que el Silencio nos
fecunde
y convierta en poesía el ser y la vida.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario