jueves, 1 de septiembre de 2016

Simplemente existir



Simplemente existir: algo tan normal, tan hermoso, tan simple que...  ¡no nos alcanza! La complicamos. El ser humano es especialista en complicar lo simple. En el fondo complicamos la existencia, puro don.

¿Por qué? En realidad la complicación surge de una parte de nuestro ser: la mente. Hicimos de la mente y el pensar el centro de la existencia, de nuestro diario vivir, cuando en realidad - mente y pensamiento - son pequeñas porciones de la realidad. Dicho de otra manera: somos muchísimo mas que nuestra mente y nuestro pensar.

Para comprender esto es fundamental aclarar la relación entre Ser y existencia.
Podríamos definir el Ser como lo que somos y la existencia como la expresión concreta, aquí y ahora, del Ser. Existir es permitir al ser manifestarse, expresarse.
El Ser es pura posibilidad, pura apertura. Existir es ser cauce del ser. Cauce del Infinito, cauce del Amor.
El budismo habla de vacío y forma. Todo es vacío pero este vacío se manifiesta como forma. Por eso también dicen: vacío es forma y forma es vacío.
La mente la descubrimos en el nivel de la forma: es ella que da forma al existir. Pero no somos ella. La existencia termina, como la forma. Queda lo somos: ser y vacío. Si les gusta más: vida y amor.

El primer paso para darse cuenta de todo eso y aprender a vivirse desde el ser, es observar la mente. La mente puede ser observada. Puedo ser consciente de mi mente, como de mi cuerpo. Si puedo observar mi mente es obvio que no soy mi mente, sino Eso que observa, el observador. Dicho de otra manera: el Ser. La Conciencia. Soy, puedo ser consciente, de la mente y del pensar. El Ser que observa el existir.

Cuando aprendemos eso – y el silencio y la quietud son esenciales en este aprendizaje – podemos simplemente existir, sin complicar. Podemos vivir todo lo que ocurre y nos ocurre con sencillez, apertura, serenidad. Usaremos la mente y el pensar como un instrumento del Ser, sin ser esclavos. Sin confundir Ser y existencia, sabiendo también - lo paradójico es clave - que el Ser se manifiesta necesariamente como existencia. En otras palabras: solo existiendo nos damos cuenta del Ser. ¡No somos la mente, pero la necesitamos para darnos cuenta de eso! La fantástica paradoja de lo real: ¡insuperable Dios (obvio) en su fantasía y creatividad!
Vacío como forma. Si el vacío no se manifestara como forma no habría experiencia y en el fondo no habría vida. 

Simplemente existir es dejar fluir el Ser. Dejar a Dios ser. Simplemente existir es volverse y percibirse uno con el Universo.
Simplemente existir: ábrete a experimentar. Sin más. Sin juzgar, sin caer en la esclavitud de los sentimientos y las emociones. Siente, vive, acepta. Existís. Date cuenta que eres el infinito que existe en este instante. Eres el Amor que ama. Eres la Vida que vive. Pon tu raíz en el Ser y el existir será simple, transparente, puro.

Resuena el maravilloso poema del místico cristiano Angelo Silesio (1624-1677):

“La rosa es sin porqué,
florece porque florece,
no tiene preocupación por si misma,
no desea ser vista.”


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