Lucas nos presenta hoy la decisión de
Jesús de emprender el viaje hacia Jerusalén, viaje que sabía riesgoso y
peligroso.
Es el viaje de la vida, el viaje a
nuestro interior, al descubrimiento de nuestra más profunda identidad, el viaje
que nos enfrenta con la muerte: ¿emprendiste este viaje?
Jesús se atreve, es libre de los miedos
que tantas veces nos bloquean. Jesús mira la realidad con valentía y
profundidad, la acepta y la ama.
En este nivel de profundidad Lucas
justamente nos presenta un viaje más simbólico que geográfico.
Los cuatro episodios que nos relata Lucas
en este viaje hacia Jerusalén pasando por Samaria revelan justamente la mirada
de Jesús.
Los apóstoles quieren destruir a los que
no los reciben, en los cuales podemos leer los distintos, los que piensan
diferentes. Los apóstoles no descubren
la unidad, rechazan la unidad y viven desde la separación. Jesús ve la realidad
desde una dimensión más profunda: se percibe uno con la vida y percibe todo en
esta única raíz. Por eso dijo: “Yo vine para que tengan vida y vida en
abundancia” (Jn 10, 10). Jesús se sabe Uno con la Vida y por eso solo puede
ofrecer vida.
Los demás episodios muestran la libertad
radical de Jesús y su profundo desapego afectivo y efectivo. El viaje hacia el
Amor, lo que somos, no puede ser vivido desde apegos, miedos y prejuicios. Hay
que soltar para viajar.
Soltar para ser Uno con la Vida y desde
la Vida. Somos Uno con la Vida: ¿qué más necesitamos?
Cuando nos cuesta soltar, la vida misma
nos va sacando cosas: tendríamos que agradecer cada vez que la vida nos despoja
de algo o alguien.
Hay que emprender el viaje con pocas
cosas. San Francisco decía: “necesito pocas cosas y las pocas que necesito las
necesito poco.”
Y, como siempre, lo esencial es interior.
El evangelio nos transmite un estilo de
vida, no conceptos o ideales.
Dice justamente el teólogo J.B. Metz: “el
saber sobre Jesús no se transmite primariamente en el concepto, sino en estos
relatos de seguimiento.”
Conocemos a Jesús viviendo como él y
desde él: Uno con la Vida para la vida.
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