jueves, 17 de marzo de 2016

La raíz te sostiene

"Recuerda que no eres tú quien mantiene a la raíz, sino la raíz a ti."


Rom 11,18



Esta mañana me encontré con esta frase de San Pablo en la carta a los romanos. Un buen recordatorio para empezar el día bien rumbeado. San Pablo en el capítulo 11 de su carta a los romanos trata el tema de la novedad de la fe cristiana en relación al pueblo de Israel y reconoce en la fe de Israel la raíz de la fe cristiana. 

Todos tenemos una raíz y todo tiene una raíz. Es importante reconocerlo y asumirlo. Nos evitará caer en el orgullo y la superficialidad. 
En nuestro caminar histórico nada ni nadie brota desde la nada. Reconocer nuestra raíz es fuente de sabiduría y agradecimiento.

Podemos hacer un paso más y leer el recordatorio de Pablo en clave más personal y más honda.

¿Cuál es la raíz que sostiene mi vida? ¿La encontré?
Nuestra raíz más honda no es la raíz histórica y existencial. Hay algo más, hay una raíz más importante, central, única. Una raíz que alimenta y mantiene nuestra vida y nuestro aliento vital.

Ahí tiene que llevarnos la búsqueda espiritual. Desde ahí tenemos  que vivirnos. Ahí que tomar nuestra savia.

Todas las demás raíces se podrán secar. Esta no. Es una raíz eterna.
Esta raíz es lo que nos define, es la raíz común de todo lo que existe.
Es Dios en ti, es el lugar donde ya no hay dos, donde humanidad y divinidad son la doble cara de la misma medalla.
Esta raíz es lo mejor de ti, es el lugar sin lugar donde Dios continuamente dice su nombre: el tuyo.

Recuerda esta raíz. Buscala. Está siempre mucho más cerca de lo que puedas imaginar.

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