"La genuina soledad no consiste en no estar con otros,
sino en no medirnos con ellos"
Mónica Cavallé
Necesitamos una autentica soledad. Hay un espacio único en cada ser humano y en cada cosa que vive: es nuestra soledad. Es el lugar más nuestro, a la vez personal y universal.
En la genuina soledad nos encontramos siempre con nosotros mismos, con Dios, con los demás y con la creación.
A veces confundimos soledad con aislamiento o con momentos de huida de la vida cotidiana.
La genuina soledad, como subraya nuestra cita de hoy, es algo más profundo y constructivo.
Quedo siempre muy impresionado de como el ser humano vive constantemente de comparaciones y confrontaciones.
Continuamente nos estamos comparando y confrontando, a veces conscientemente, la mayoría de las veces inconscientemente. Hacemos depender nuestra vida y nuestra felicidad de cosas superficiales y hasta ilusorias. Comparándome entro en el juego del "más" o "menos" y pierdo la belleza de mi unicidad y originalidad. Confrontandome entro en una lucha estéril sin ganador ni perdedor y me pierdo la riqueza de lo distinto.
Es sumamente difícil encontrar alguien que sea radicalmente libre de todo eso.
Muchas veces también vivimos de comparaciones y confrontaciones con nosotros mismos y no salimos de nuestras peleas interiores que nos agotan. Nos comparamos con una imagen de nosotros mismos, con un ideal de persona que no existe. Siempre le escapamos a la realidad y esta huida nos cansa y no nos construye.
La genuina soledad nos enseña a salir del terreno de la medición para entrar en el terreno de la creación. Adentrandonos en la genuina soledad nos descubrimos creados a cada instante con una originalidad tal que no permite comparaciones. Desde ahí toda medición termina y empezamos a crear nuestra vida con total libertad, espontaneidad, transparencia.
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