Hoy en Uruguay celebramos a la Virgen de los 33, patrona de nuestro país y de la Iglesia que camina en el Uruguay.
Aprovechamos para contemplar y rezar con un icono, tal vez el más famoso y conocido icono de la Virgen: la Virgen de la ternura de Vladimir, del siglo XII.
Nos damos un tiempo para mirar el icono con amor, paciencia, escucha. Recordemos que los iconos son ventanas abiertas al infinito.
Nos fijamos en algunos detalles:
- La profunda ternura que circula entre Madre e Hijo, especialmente subrayada por la mejilla del niño apoyada a la de la Madre y por su mano izquierda que le rodea el cuello.
- El juego de las miradas. El Hijo mira a la Madre y la Madre nos mira a nosotros. María es un don de Jesús a la humanidad y a la Iglesia. María ya no es sólo de Jesús, María es nuestra: ella siempre nos mira y nos transmite la mirada de Jesús. Jesús por otro lado nos invita a mirar a la Madre: mirar a María es aprender lo que significa amar.
- Las dos estrellas: simbolizan la virginidad de María, antes y después del parto. María es toda de Dios y por eso pudo vivir su maternidad como vocación universal.
- El rostro de María evidencia alegría y tristeza a la vez. María intuye desde ya el misterio de la Cruz que espera a su Hijo. Se lo advierte la profecía de Simeon en el Templo: "una espada atravesará tu alma".
- La boca de María muy chica. María es la mujer de la escucha, mujer del silencio. Hablo poco. Desde su escucha y su silencio pudo recibir a la Palabra en su seno.
- La mano izquierda de María nos indica a Jesús. María siempre nos abre el camino hacia el Hijo y nos lo indica como camino de plenitud. Su mano derecha lo sostiene: María con su maternidad nos sostiene en todo momento.
¡Buena fiesta de la Virgen de los 33!
Dejemonos transformar por la contemplación de María.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario