"La herida es el lugar por donde la luz entra en ti"
Rumi
Rumi nos dice algo bien conocido por los cristianos y todas las tradiciones espirituales.
Es un punto firme de nuestro crecimiento y caracteriza nuestra humanidad.
Es una de las leyes fundamentales del Universo.
Haríamos bien en tenerla en cuenta y profundizar en ella.
"La herida es el lugar por donde la luz entra en ti"
San Pablo lo expresaba diciendo: "en mi debilidad se manifiesta el poder de Dios" o "cuando soy débil entonces soy fuerte." El sentido profundo es el mismo.
Todo lo maravilloso para expresarse necesita algún tipo de vacío. La música de la flauta necesita los agujeros, la luz entra por las ventanas, las palabras necesitan del silencio, las letras de páginas blancas. Para llenarse hay que estar vacíos.
Todo esto lo vivimos humanamente en nuestras heridas: especialmente las heridas afectivas y emocionales. No hay nadie en el mundo que no tenga algunas heridas de este tipo: gracias a Dios. Porque por ahí justamente penetra la luz, penetra el amor.
Nuestras heridas (también nuestros limites) son el lugar preferido por Dios para encontrarnos.
¿Por qué este Misterio?
Creo que expresa uno de los rasgos del Amor: la vulnerabilidad. El amor te hace vulnerable y sólo a través de nuestra vulnerabilidad el amor nos penetra.
Este es la fortaleza del amor: ¡su vulnerabilidad!
En general toda nuestra vida es un continuo armado de corazas: nos construimos una identidad aparentemente fuerte para no sentir el dolor de nuestras heridas y para enfrentar al mundo. El camino espiritual va en el sentido opuesto: un desarmar corazas para que el Amor penetre.
"La herida es el lugar por donde la luz entra en ti"
No tengas miedos de tus heridas: son el lugar por donde el Amor entra. Sólo aceptándolas y amandolas se sanarán y se transformarán en heridas gloriosas.
Como las heridas gloriosas del Resucitado: heridas sanas, luminosas, bellas. Testimonio supremo que el Amor ha vencido y vence. Siempre.
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