miércoles, 11 de noviembre de 2015

Sentirnos felices

"¿Por qué es tan difícil sentirnos felices?"





Me encontré de casualidad con esta pregunta en inglés (¡y pude traducir!) y me pareció sumamente interesante y actual.

Obviamente los intentos de respuestas pueden ser muchos. Antes que nada me parece notar en mucha gente una cierta tristeza, o por lo menos, una apática mediocridad. 
Es la mediocridad de las famosas expresiones: "no hay más remedio", "hay que seguir", "que le vamos a hacer", "tiramos para no aflojar", etc...
Se da también entre cristianos, curas incluidos, cuando lo central del mensaje evangélico es la alegría. El evangelio es justamente Buena Noticia
Parece que el ser humano tiene una extraordinaria capacidad de complicar lo sencillo y de entristecer la alegría.

"¿Por qué es tan difícil sentirnos felices?"

Me parece que son cuatro las claves esenciales. Claves que se entrelazan una con la otra.

1) Logro. Pensamos que la felicidad sea un logro a conseguir. Creemos que la felicidad es "una cosa", "un objeto" que lograremos alcanzar con esfuerzo. "Voy a hacer feliz cuando...". En realidad no necesitamos nada para ser felices. La felicidad es parte constitutiva del Ser. Si algo "es y existe" ya es felicidad. 

2) No aceptación. En el fondo no nos aceptamos y no amamos la realidad así como es. El deseo compulsivo y absurdo de que las cosas sean como nosotros queramos nos hace infelices. 

3) Sentimiento. Creemos equivocadamente que la felicidad es solo un sentimiento. En realidad es lo que somos (punto 1). No tenemos la felicidad, somos felicidad. Así que cuando - ocurre a veces - no me siento feliz, igual soy felicidad. Que lo sienta o no lo sienta es secundario.

4) Exterior. Junto con todo esto pensamos que la felicidad dependa de lo exterior. "Seré feliz cuando...". En realidad la felicidad es interior. Lo exterior refleja lo interior. Si descubro y toco mi autentico ser, también descubro la felicidad y la reconoceré también exteriormente. 

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