sábado, 17 de octubre de 2015

Amarse de verdad

"Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente, y vi que todo lo que acontece contribuye a mi crecimiento"

Charlie Chaplin





La cita de hoy la tomamos del gran Charlie Chaplin (1889-1977) el gran humorista inglés autor del famoso personaje Charlot.
Amarse uno mismo y amarse en serio, sin ser superficiales o caer en el narcisismo, es una tarea que dura toda la vida. 
Todos los caminos espirituales nos indican que esta es una clave para crecer en el amor y que no podemos amar a los demás si no nos amamos a nosotros mismos. 

También Jesús en el evangelio lo subraya varias veces y el budismo lo toma como un eje de su camino: solo el hombre que encuentra la paz en si mismo puede transmitirla.
En términos más horizontales podríamos decir: no puedo dar lo que no tengo.
Si no me siento amado, si no me experimento como amor, me será muy difícil amar a los demás.

En realidad el Amor no se puede dividir: el amor a si mismo, el amor a los demás y el amor a Dios constituyen una unidad que se retroalimenta continuamente.

Si hoy subrayamos el amor a uno mismo es porque este aspecto del amor ha sido olvidado y pensamos que amar es simplemente hacer cosas por los demás: a tan poca cosa hemos reducido el amor.

Cuando aprendemos a amarnos nos aceptamos radicalmente y descubrimos que nuestra vida es perfecta así como es en este momento; estamos donde tenemos que estar y somos terriblemente y profundamente amados. Desde esta comprensión y aceptación radical, el amor hacia fuera brota espontáneo, no como un deber moral, sino como un desbordarse del Ser, una expresión única y maravillosa de lo que somos.


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