lunes, 6 de julio de 2015

Calidad secreta

"Nunca es la cantidad lo que cuenta cuando se trata del Reino de Dios, sino una cierta calidad secreta, poco o nada visible al exterior, y que jamás se corresponde a la cantidad" 

André Louf





En un mundo consumista y preocupado casi exclusivamente de la cantidad, hablar de calidad no es fácil y nos sitúa desde otro lugar. En realidad en el lugar de Dios. Dios siempre actúa con calidad y apunta a la calidad. La cantidad es un tema muy relativo, depende de las circunstancias y de los parámetros que tomamos: el "siempre más" parece no tener fin y nos pone ansiosos. Es el mito del progreso. El crecimiento de los países se mide siempre en el incremento de producto interno.
El "siempre más" nos conduce a la enfermedad, porque el más tiene limites aunque no lo queramos asumir. Comer es fundamental para vivir, pero si como más de lo necesario me enfermo.
¿Es de veras "el más" el único criterio?
¿No podríamos crecer en cosas no estrictamente medibles? Como por ejemplo: la belleza, la armonía, la cultura...
Apuntar más a la calidad de nuestras vidas nos puede aportar más sabiduría, más paz y belleza. No es necesario correr y vivir de prisa. Todo está ya dado. Cuidemos los detalles, miramos con atención la vida y descubriremos plenitud a cada paso....

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