Comentario a Marcos 6, 1-6
Hoy Marcos nos presenta una experiencia negativa de Jesús: la desconfianza. Y, más frustrante aún, la desconfianza de los “suyos”, de los que le conocen, de su gente.
¡Qué doloroso y difícil es convivir desconfiando y con la desconfianza de los que nos rodean!
Entonces es bueno preguntarnos: ¿de donde brota la desconfianza?
¿Qué nos propone el Evangelio para superarla?
La desconfianza esencialmente surge del miedo a lo nuevo y como mecanismo de defensa frente a algo que cuestiona nuestras posturas.
Lo nuevo siempre asusta y nos desestabiliza. Nuestras posturas e ideas nos dan seguridad.
Vivimos así encerrados en un mundo triste y aburrido, siempre repitiendo lo mismo y no nos damos cuenta de los milagros que ocurren a cada momento o, peor aún, nuestra desconfianza bloquea la creatividad infinita de la Vida.
La Vida es nueva en cada momento.
La Vida no queda encerrada en nuestros pensamientos y nuestros dogmas. La Vida siempre es mucho más sorprendente, creativa, armoniosa, bella.
Abrirnos es la clave entonces, abrirnos y confiar.
Dios es siempre nuevo y está continuamente creando y soplando Vida.
¿Cómo darnos cuenta?
Saliendo de la desconfianza, del miedo y de las posturas rigidas de nuestra mente.
La Verdad es siempre mucho más grande que tus opiniones.
Confía. Abrete a la Vida. Verás milagros por doquier.
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