"Soy como una hormiga que se ha metido en el granero y, absurdamente feliz, intenta sacar arrastrando un grano demasiado grande"
Rumi
Buscamos la felicidad y la plenitud. Cada ser humano lo hace, consciente o inconscientemente. Muchas veces lo hacemos mal, erramos en la puntería: entonces luchamos y sufrimos.
En realidad la única finalidad de esta búsqueda es caer en la cuenta de que somos lo que buscamos. La plenitud está ya dada. Más aún: es nuestra esencia, es lo que somos. En lenguaje cristiano lo podíamos expresar diciendo: hijos de Dios o hijos de la resurrección. Los budistas lo llaman: naturaleza autentica. La misma y única Realidad.
Hasta que no se vea todo esto directamente y de primera mano, seguiremos buscando afuera la plenitud, en cosas que muchas veces nos parecen imposible alcanzar: seguiremos intentando arrastrar afuera del granero un grano demasiado grande; y nos cansamos y sufrimos.
Somos el granero: disfrutemoslo sin intentar poseerlo. Esto es plenitud. Libertad radical.
Todo camino espiritual tiende a este descubrimiento. Más allá de la mente siempre insatisfecha se esconde lo que eres: plenitud. Aquí y ahora. No me creas: descubrelo por ti mismo.
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