Dejar fluir la vida. Dejarse fluir con la vida. Es sumamente interesante que en todas las tradiciones espirituales vuelve una y otra vez esta invitación: ¡Deja que fluya!
¿Por qué es tan importante?
Dejar fluir no tiene nada que ver con falta de responsabilidad o superficialidad. Bien entendido su significado nos aporta una clave esencial para nuestro camino.
Dejar fluir indica varias cosas:
1) Aceptación. Acepto radicalmente la vida como se presenta en el momento presente.
2) Perder el control. Dejo la actitud compulsiva de quererlo controlar todo.
3) Confianza. Me abro a la sabiduría de la Vida que es mucho más grande que mis pensamientos, ideas y proyectos.
4) Paz. Descubro que mi identidad es la Paz y la Calma.
Dejándome fluir desde la raíz de mi ser viviré las responsabilidades y todo lo que la Vida me pide en el presente con una actitud relajada y confiada.
Dejar fluir entonces empalma muy bien con el tema de la fe que comentamos ayer. Dejar fluir es vivir confiados, alegres, serenos. "Todo está bien y todo estará bien y cada cosa estará bien" nos recuerda Santa Juliana de Norwich.
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